Con la llegada de la informática al mundo empresarial, la facturación electrónica se ha convertido en una consecuencia natural. Los procesos que antes requerían una cantidad desmesurada de tiempo y más recursos en mano de obra y consumibles están ahora lo suficientemente automatizados como para facilitar y abaratar las operaciones cotidianas de una empresa. Según las disposiciones de la SUNAT, los comprobantes electrónicos deben tener ciertas características para ser considerados como válidos.
¿Qué es la facturación electrónica?
Por facturación electrónica entendemos que los documentos justificativos que emite una empresa se crean electrónicamente. En este caso, el requisito previo es que dispongamos del hardware y el software adecuados que nos permitan emitir nuestros documentos electrónicamente. Rellenamos los datos necesarios que se presentan en la pantalla de nuestro ordenador (por ejemplo, el cliente, los artículos que se van a vender/distribuir o incluso que se van a vender al por menor) y luego introducimos nuestro documento como válido normalmente pulsando el botón correspondiente que tiene la función de entrada.
La facturación electrónica es ahora obligatoria para las entidades que operan en el sector privado. Una vez emitidos, los documentos electrónicos pueden guardarse en un soporte de almacenamiento en diferentes formatos (por ejemplo, en formato .pdf) o adjuntarse a un correo electrónico.
En general, todas las aplicaciones que realizan esta función incluyen otras funciones auxiliares. Que sean útiles para el profesional en su uso diario es una cuestión puramente subjetiva. Algunas son útiles para una empresa y otras para otra. En algunos casos pueden ser útiles y en otros no (o sólo parcialmente).
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